Dicen que Fellini mientras rodaba 8 1/2 colocaba una nota, escrita como
recordatorio para sí mismo, debajo del visor de su cámara, que rezaba lo
siguiente: "Recuerda, esto es una comedia".
Hoy hemos perdido a un gran embajador no sólo del Cine Español sino del
Séptimo Arte: Jesús Robles.
Me complace y me llena de orgullo decir que pasé tiempo con él y su mujer
María en multitud de ocasiones. Su presencia en estrenos, festivales de
cine, fiestas y entregas de premios no sólo era inevitable sino además
siempre bienvenida.
Él, su mujer María y su librería representaban la celebración del cine y de
la cultura cinematográfica en España.
Estoy seguro de que muchos escribirán detalladas historias de 8 1/2, su
librería pionera e innovadora que celebraba todo lo relacionado con el mundo
del cine. Yo no estoy aquí para eso. En cambio, intentaré hablar de todo lo
que supuso y continuará suponiendo de la manera más significativa posible.
Jesús Robles no estaba afiliado a ningún partido político otro que al cine.
No se alió nunca con un bando u otro. No eligió favoritos, no jugó a ningún
juego dentro de la industria. Me gustaría señalar que fue un fan, un
admirador absoluto del cine. Su pasión y empuje le condujeron a una posición
única donde él representaba algo puro: El amor por el Arte, por el Arte en
sí mismo.
Hemos perdido a grandes profesionales del ámbito de la crítica
cinematográfica tales como Roger Ebert o más recientemente a Javier
Artiñano, todos ellos a quienes tuve el enorme placer de conocer y con
quienes compartí momentos de una calidad única. Todos ellos tenían algo en
común: Su Pasión.
Jesús ha dejado un legado a los profesionales del cine, tal y como en su
momento hiciera Samuel French en el siglo 19th en Gran Bretaña y los EEUU
con el Teatro.
Siempre recordaré su media sonrisa y su genuino cariño cada vez que nos
veíamos. Un gran tributo para él sería que todos los actores, directores,
productores y escritores que le conocieron le recordaran como parte de su
profesión, parte de su proceso, ya que es lo que era, sin lugar a dudas.
El nombre que puso a su librería, 8 ½, fue un golpe de genialidad. Una
película sobre el arte de hacer películas dirigida por un director que se
olvida de lo que trataba en realidad su película. La metáfora perfecta del
amor a todo, al cine y, por ende, a la vida.
Iré más allá y diré a todos aquellos que le quisieron y amaron más y mejor,
a su familia, a sus amigos íntimos, que, en estos oscuros momentos, solo
recuerden la nota que Fellini colocaba en su cámara mientras rodaba :
"Recuerda, esto es una comedia".
Scott Cleverdon
(Co-fundador First Team)