Los castings no
deberían hacerse para los actores que han hecho más de tres protagonistas ni
para los actores que su trabajo ha convencido al director a través de su
video-book, en cortometrajes o en TV. Los castings sirven para descubrir a actores
de teatro o actores jóvenes que no tienen experiencia de trabajar delante de la
cámara. Es para ellos una oportunidad de que les conozcan trabajando, así que
tienen que haber trabajado antes delante de la cámara sin miedo a equivocarse para poder dar lo mejor
de sí mismos. La formación en
Interpretación cinematográfica es el único camino para poder investigar lo que
funciona y lo que no.
Los castings acostumbran a ser un proceso doloroso. Para
preparar un personaje, un actor trabaja durante horas para memorizar el texto, para
descubrir su función en el guión, elegir el deseo del personaje y entender el conflicto
planteado en la escena. Los castings no
son eficaces para ver la calidad de un actor porque el actor lo prepara sin
sentir la libertad en crear un personaje, sin la información necesaria para
imaginar el personaje en la dirección útil.
La imaginación del actor no estará libre porque sientes la
presión enorme de convencer a los que están en la sala de casting para
conseguir el trabajo, del que muchas veces tu familia depende, sino que además
necesitas éxito en cada casting para probar a tu agente y al director de casting que
eres buen actor. La calidad del actor se mide por la cantidad de resultados
positivos en el casting, es decir, en cantidad de llamadas de trabajo, en vez de su calidad al trabajar. Sin
embargo, cada vez es más frecuente actuar con el director de casting leyendo el
texto del otro actor y con un móvil en la mano en vez de una cámara para filmarte. Es un proceso injusto para el
actor, sin ninguna empatía por el proceso, quizás no por malicia, sino lo que es peor, por ignorancia. Demasiados actores para tan pocos
trabajos. Demasiada gente no preparada haciendo cine y televisión. Demasiados proyectos hechos aprisa, sin convicción.
Si no hay criterios de calidad para las sesiones de casting,
tampoco los directores tienen un
criterio formado sobre como trabajar con actores. En las escuelas de cine, los directores no acostumbran a trabajar con actores más de 100 horas, y normalmente, tienen en su trabajo que conseguir un resultado... Sin embargo, durante horas y meses, el director habrá estudiado como mover una cámara, habrá analizado la forma sin ir al fondo. Su trabajo es insuficiente para estudiar el proceso de creación de un actor.
Los directores se han acostumbrado a juzgar a un actor por gustos personales, pero no
conocen los criterios básicos de lo que funciona en la comunicación actor- espectador. Se juzga con
“apreciaciones”, a la ligera. El actor
se prepara al final en cómo puede conseguir otro/ s castings, o cómo
impresionar en los 5 o 10 minutos, pero pocas veces el actor joven tiene la información y
formación necesaria para crear un personaje.
En un casting, un director puede encontrar actores que
quieren conseguir cualquier trabajo, o actores rebeldes que se arrastran al
casting como si fueran al matadero, en contradicción consigo mismos. Están
confusos, frustrados, resienten el ser juzgados por personas que no quieren
trabajar con él/ella. Todas las personas que están envueltas en este proceso
(directores, directores de casting, agentes, actores, secretarias…) lo ven como
un momento desagradable y a pesar de eso, no hacen nada para cambiarlo a mejor.
Muchas veces, el director ya tiene asignado su personaje a un amigo y es
literalmente arrastrado a hacer el casting. Otras veces, un actor es elegido
por el gusto del ejecutivo de la cadena, que muchas veces no ha pisado un
rodaje ni entiende el proceso creativo de un actor ni de un director.
Aún así, hay castings donde el actor paga literalmente por
ir. Hemos llegado a ver que se organizaban castings en los que hay que pagar una cuota para acceder a ellos.!! ¿?
Históricamente, los castings han aparecido por la necesidad
de encontrar actores para producciones televisivas donde rápido y no importa,
son las palabras claves para adaptarse al trabajo. El cine ha sido otra cosa. Se buscaba con esmero un actor o una actriz porque se pretendía que una película se viera muchas más veces y en muchos países. Muchas otras veces se organizan castings masivos para obtener publicidad barata, acostumbran a ser películas sin alma, donde la cantidad importa más que la calidad.
Otras veces se organizan castings para producciones en otros países donde los que deciden no pueden estar presentes, son entonces, castings necesarios si los actores no son conocidos. La mayoría de los castings de calidad, son cerrados al público, porque el secreto sucio es que hay ya muchos actores profesionales que pueden hacer el mismo personaje.
El número de actores que
creamos en las escuelas multiplica por miles los que la industria del país necesita.
En otros países, las escuelas son filtros para conseguir trabajo, al igual que
el sindicato. Pero no es así, todavía, en España.
No hay signos en la industria mundial para que el número de
películas realizadas se amplíe en cada país, sin embargo, al no tener directores ni productores con criterio suficiente para ver la calidad interpretativa al escoger a los actores, se les elige por gusto personal, repitiendo una vez y otra para elegirles, los mismos criterios de belleza, cánon en el el que más o menos hombres y mujeres están muchas veces, de acuerdo. Así, sin criterio profesional, se crea la ilusión en
todos los jóvenes, que pueden llegar a ser famosos mañana no por su calidad al interpretar, sino por su belleza o su arrogancia, sin darle importancia a su
preparación teatral o cinematográfica.
Los jóvenes actores que han
elegido unos estudios de 4 años para el ejercicio de su profesión ven con asombro que
otros que no hablan bien, que no actúan bien, pero que ejercen su misma profesión sin verguenza, sin ninguna preparación para mejorar su comunicación con el espectador, conectan con un público y continuan ejerciendo una profesión sin haberla estudiado. En realidad, los
contratos son cada vez por menos dinero y por menos sesiones de trabajo y con
menor protección sindical. Pero hay
más cantidad. Más cantidad y peor calidad.
Entre todos los
profesionales, contribuimos a dejar entrar en la industria a
aficionados. Ante una profesión cada vez con menos calidad y
profesionalidad, los actores se sienten frustrados, impotentes. Olvidamos que podemos contribuir a que se haga mejor. No sabemos por dónde empezar y normalmente, nos callamos, por que necesitamos el trabajo...
Los castings masivos, dejan en el actor y en el director,
una sensación de frustración y de tiempo perdido. Actor y director sienten que
no han podido comunicar, ambos han sentido la presión del momento, el cansancio, no pueden retener a nadie viendo un actor detrás de otro, sienten la presión de los que están esperando. Preguntaros si os gusta trabajar en estas condiciones que no son profesionales, busca una mejor manera de que te conozcan. Genera tu propio trabajo.
Generalmente, en un casting, actores y directores están convencidos que el encuentro no
ha servido para conocerse en las mejores condiciones ni de trabajo ni
personales. Por ello, tenemos que preguntarnos si realmente necesitamos un casting
cuando queremos actuar en una película y como directores, debemos preguntarnos si el casting es necesario si queremos encontrar a buenos actores.
Si hemos decidido estar inmersos en un casting, podemos preguntarnos, como hacerlo mejor para poder generar en el proceso un lugar de
encuentro amable, divertido que genere el deseo del trabajo conjunto.
Es un proceso doloroso para todos los que están en él. Para hacerlo lo más agradable posible recomendamos al DIRECTOR:
1. Dar la máxima información
al actor que puedas (guión, descripción de personaje, función de su personaje
en la escena y en el guión, etc.)
2. Intentar tener la máxima
calidad técnica de sonido e imagen para que el proceso de producción y revisión
del trabajo realizado con el actor sea placentera y agradable
3. Exige tiempo y calidad en el encuentro con cada
actor
4. Entiende que el actor
está tan nervioso como lo está el director
5. Mantén la esperanza de
que cada actor que entra por la puerta es el actor que buscas
6. Recuerda que es una
parte fea del proceso, pero posiblemente una de las más importantes
7. Colócate en el eje de
cámara para poder observar lo que se ve en cámara y para ayudar al actor a
focalizar su energía
8. Ríete cuando es
divertido, llora cuando lo que ves es triste y si puedes, ofrece al actor dos
o tres intentos para probar la misma cosa
9. Si puedes, encuentra una
escena donde el personaje tiene mucho que decir y que tenga sentido hacerla en
una oficina de casting: no hay nada más complicado que pretender en una oficina
que eres un piloto de un helicóptero a punto de estrellarse
10. Escoge a un director de casting que tiene una memoria
enciclopédica de actores, capaz de comprender la realidad de la película,
tenaz, imaginativo, que respete el trabajo de los actores.
11. Recuerda que los actores que admiras, son los que han creado
un personaje, no los que son el personaje
12. Recuerda que hay muchos actores buenos que no saben hacer
buenos castings
13. Recuerda que el director necesita un actor aliado, con
capacidad para aportar conocimientos, no una persona que manipulas para obtener
un resultado
14. Recuerda que la apariencia física se puede modificar
15. Recuerda que el director de casting es el aliado del director
pero también del actor
16. Ayuda a profesionalizar los castings invirtiendo tiempo. Pero recuerda que el casting no es un ensayo, porque un ensayo ya tiene que ser remunerado.
El buen director busca de un actor:
1. COMPROMISO
2. ACTITUD
POSITIVA RESPECTO AL MATERIAL QUE SE LE OFRECE
3. VOLUNTAD
EN COMUNICAR
4. OBSERVACIÓN
5. IMAGINACIÓN
6. CONFIANZA
EN SI MISMO
7. TÉCNICA
8. CORAJE
Estas
aptitudes se descubren mejor en una entrevista personal que en un casting,
porque se fuerza al actor a ser“juzgado” durante la interpretación, sin el
mismo compromiso por parte del director en jugar y a realizar un trabajo sin la
posibilidad de que el actor sea creíble ni esté en situación.
Recomendamos al ACTOR:
1. Infórmate del trabajo previo del director y
del director de casting, ve sus trabajos, estudia con quien han trabajado
2.
Exige la máxima información del texto que puedas antes del casting (guión,
descripción de personaje, función de su personaje en la escena y en el guión,
etc).
3. Recuerda
que el director de casting es el aliado del director y del actor.
4. Exige
tiempo con los que deciden
5.
Intenta que tu apariencia refleje la esencia de lo que busca el director
6.
Recuerda que hay muchos actores buenos que no saben hacer buenos castings
7. Ayuda
a profesionalizar los castings y recuerda que el casting no es un ensayo,
porque un ensayo ya tiene que ser remunerado. El casting aporta información que
puede ser empleada posteriormente en el desarrollo de la producción, el trabajo
se debe realizar cuando el actor empieza a cobrar, no en el casting.
8. Trabaja
honestamente con el director partiendo del “juego”
En
el casting:
1. Conoce
el lugar en el que se realizará el casting: Intenta ir más pronto para hacerte
dueño del lugar. Intenta que la experiencia sea placentera y agradable
2. Focaliza
tu energía en comunicar a cámara, es lo que verán después…
3. Entiende
que el director está tan nervioso como lo estás tu, intenta crear un ambiente
de confianza
4. No
te muestres “necesitado” para obtener el trabajo, ten dignidad.
5. Establece
comunicación de doble vía, conoce qué piensa el director (retroalimentación)
6. Busca
que exista química en el equipo de trabajo. No siempre encontramos las personas
con las que nos gusta trabajar. Es una decisión de ambos.
7. No
preguntes por el resultado, es signo de desesperación.
8. Sé
lo más profesional que puedas. Da confianza.
9. No
les des trabajo. Soluciona sus problemas teniendo 100% de compromiso en lo que
actúas.
Una
de las primeras cosas que aprendí acerca de interpretar, es que la única
persona con la que compites eres tu mismo.
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